lunes, 6 de octubre de 2014




El conocimiento emocional de los docentes es un aspecto fundamental para el aprendizaje y el desarrollo de estas competencias en los alumnos, ya que el profesor se convierte en un modelo de aprendizaje. Desarrollar habilidades de inteligencia emocional en el profesor no sólo servirá para conseguir estudiantes emocionalmente más preparados, sino que además ayudará al propio profesor a adquirir habilidades de afrontamiento.
De este modo los docentes emocionalmente más inteligentes, es decir, aquellos con mayor capacidad de percibir, comprender y regular las emociones propias y la de los demás, tendrán los recursos necesarios para afrontar mejor los eventos estresantes de tipo laboral y manejar más adecuadamente las respuestas emocionales negativas que frecuentemente surgen en la interacción que mantienen con los compañeros de trabajo, los padres y propios estudiantes. A partir de ahora, los docentes tendrán una razón más para aprender las matemáticas de los sentimientos y el lenguaje de las emociones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario